Islandia. Día 4 (Glaciar Myrdalsjokull - Dyrholaey - Reynisdrangar)



Seguimos en ruta por la carretera principal hasta un desvió que nos llevó hasta la Lengua Sólheimajökull (Glaciar Myrdalsjokull). Para llegar al parking hay que recorrer una corta pista de tierra en buen estado. Una vez allí, a los 10 minutos andando se llega al glaciar:


Hacemos las fotos de rigor y otra vez hacia la Ring Road, para continuar por ella hasta llegar al desvió de la carretera 218, la cual nos dejó en la playa Kirkjufjara:


En esta playa tuvimos la suerte de poder disfrutar de la presencia de una foca que iba nadando de lado a lado de la playa y sacando la cabeza para ir observando a los turistas:


En las cercanías también hay una colonia bastante importante de Frailecillos o también llamados Puffins:


Vistas hacia Dyrholaey:


Entre la playa y la carretera Nº1 hay otra pequeña pista asfalta que te lleva hasta lo alto de Dyrholaey. Los acantilados de esta zona son espectaculares. Se puede ir caminando hasta lo alto del arco:



Vistas hacia Reynisdrangar (Trolls de Agua) desde Dyrholaey:


Acantilados con el faro en lo alto:


Vuelta hacia la carretera principal para circular por ella durante unos pocos kilómetros y coger la 215 hasta Reynisdrangar, unas impresionantes cuevas basálticas situadas en la orilla del mar:



Después de esto fuimos al pueblo de Vík, donde aprovechamos para comprar algo en un supermercado que había, llenar el depósito de combustible y visitar una tienda de ropa deportiva y de jerséis de lana que había al lado de la gasolinera N1 (si vais en horario laboral de la fábrica se puede ver como fabrican los jerséis de lana en la misma tienda). Desde la playa de Vík también se pueden obtener una buena vista de los Trolls de Agua:


Después de esta última visita cogimos carretera hasta el pueblo de Skaftárhreppur, donde cenamos algo en el restaurante de la gasolinera N1. Unos 30 kilometros antes de llegar a este pueblo y en la misma carretera principal, hay una curiosa área de servicio llamada Laufskálavarða, donde por lo que parece la gente se ha dedicado a poner hitos de piedra, el lugar bastante curioso:


El tramo de carretera que une Skaftárhreppur y Vík es muy bonito, ya que el paisaje volcánico es muy cambiante y hace que el recorrido por carretera sea muy ameno.

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