Ese día daban previsión de lluvia por los alrededores para casi toda la
jornada por lo que decimos ir a visitar la ciudad de Estrasburgo,
situada en Francia. De camino hacia allí la lluvia no paró de caer,
pero al llegar allí paró de llover milagrosamente y no volvió a llover
más en todo el día. Después de tantos días por Suiza, Austria y
Alemania, al entrar en Francia nos sentíamos como en casa.
Habíamos leído que aparcar en Estrasburbo era bastante complicado por
lo que decidimos ir directamente hacia el Park and Ride (P+R) de Elsau
(muy bien indicado para llegar hasta aquí). Era la primera vez que
utilizamos este tipo de servicio. Para el que sea novato como nosotros
consiste en una serie de parkings situados en las afueras de las
ciudades, justo al lado del estos parkings hay servicio de transporte
público (tranvía en este caso) que te lleva al centro de la ciudad. El
precio de este parking era 4,5€ para todo el día, con el ticket del
parking se incluían el viaje de ida y vuelta hasta el centro para un
máximo de 7 personas.
Una vez en el tranvía decidimos bajarnos en la Place Broglie, de aquí
hasta la catedral unos 5 minutos caminando.
En una de las calles que rodean la catedral se encuentra una casa
medieval llamada Kammerzell:
De aquí nos fuimos caminando hasta la plaza de la República:
Y luego a la iglesia de Saint Paul:
Los canales de agua siempre hacen que la ciudad luzca más:
Continuando con el paseo nos fuimos dirección a la Petite France, una
zona de callejuelas rodeadas por canales de agua:
Y para acabar nos dirigimos hacia un puente llamado “Barrage Vauban”
desde donde hay buenas vistas de los “Pont Couverts”:
Ya era mediodía y decidimos no dedicarle más tiempo a Strasburgo y
aprovechar que la previsión de lluvia había disminuido bastante e irnos
hacia la Selva Negra, dirección al pueblo de Oppenau, un pueblo bonito
y tranquilo ideal para dar un pequeño paseo:
El siguiente destino fueron unas cascadas que quedaban unos 15 minutos
en coche al norte de Oppenau. Nosotros teníamos marcadas estas cascadas
como “las cascadas de la Abadía”, en referencia a una Abadía en ruinas
cercana, pero al entrar en el paseo vimos que se llamaban
“Allerheiligen Wasserfälle”. La verdad es que el lugar nos gustó mucho,
se trata de un paseo muy bien indicado donde se van viendo pequeños
saltos de agua y llega hasta la Abadía. Hay una pequeña zona de parking
gratuita justo antes de entrar al paseo. La primera parte del recorrido
es con algo de subida y la parte final es totalmente plana, si se
comienza desde la Abadía seria al revés.
Y por último la abadía en ruinas:
Después de esto fuimos un poco más hacia el norte hasta el lago
Mummelsee. Por la zona hay diferentes rutas, nosotros, como ya era
bastante tarde, decidimos dar un pequeño paseo rodeando el lago (unos
15 minutos).
Ahora tocaba volver hacia el alojamiento. El tiempo estaba bastante
loco de repente se puso a llover y acto seguido salió el sol, eso nos
permitió disfrutar de un bonito arco iris y un atardecer precioso:
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